lunes, 19 de abril de 2010

irme*



Casi sentí el olor a miedo en el aire,
Aunque solo fue un preámbulo de euforia desquiciada en mi mente inquieta,
En un envase en estado vegetal, antes de caer en el vacio de la melancolía.
Extraños pensamientos…subibajas de emociones,
La adrenalina que sube mi risa y luego caigo ante el llanto desahogo.
Ironías y paradojas mi psicodélico mundo rodean.
La locura es el descanso cuando la coherencia se impone.
…todavía puedo oírte respirar…
…todavía puedo ver tus manos temblar…
Y tus pupilas clavaron la mirada en mí como unos ojos vidriosos de espanto,
Me persuado de que puedo ser y hacer lo que quiero.
Eleve con severa furia un cuchillo sangriento con ansiedad,
Deseaba descargar los recuerdos que me torturaban y mi enfermo cerebro el líquido del tiempo atesoraba, alimentando el dolor y el sadismo.
Ninguna palabra hiriente, ninguna sonrisa sarcástica ya me sofocará ni entorpecerá mi persona.
Ahora para ti, mi verdad, mis caricias se volvían golpes deformando una súplica en gemido.
Amaba esa boca aterciopelada y sin embargo emitía una lirica enmohecida que corrompía mis latidos destruyendo lo anímico, desvaneciendo el aliento.
No tuviste palabras para deshacerte para ejecutar la sinceridad.
Nunca lloras por ningún alma, en ninguna noche te sentiste tan agonizante…
…pero esta noche te dolerá como ninguna, ninguna noche como esta te habrás sentido tan agonizante.
No pudiste sobrevivir a tu inconsecuencia y destruiste los sentimientos virginales.
Tengo que salir de acá, tengo que irme.
Solo vivía por ti y hoy tú mueres por mí…
Todo lo que hiciste, fue maldecirme en orden,
Todo lo que hice fue darte el respiro que tu alma necesitaba… o quizás la mía.
Matarte fue difícil… y lentamente muere lo que había en mí.
Ahora tengo que salir… tengo que irme.

No hay comentarios: