viernes, 19 de agosto de 2011


También creí en el amor que todo lo cura

Que todo lo comprende

Que todo lo soporta y acompaña.

Creí en los minutos inmortalizados

Del cuerpo y el espíritu.

Creí que el madero de cruz

Era de tiempos primitivos,

Que las espinas solo cubrían rosas,

Que la sal, era para agua de mar.

Entendía que llorar en el rincón

Era cosas de niños,

Como descansar en el regazo progenitor.

Soñaba que el amor

Revocaba vacíos,

Abastecía espíritus…

…y me voy tan pobre…