viernes, 15 de abril de 2011


Supongamos por un instante que se acaba el mundo,

Que todo se envuelve en helio,

Que tu oxigeno se va derrochando …

Los segundos eternizados de imágenes y emociones,

Nostalgias como vaivén.


Todo comenzaría a tener sentido al menos un instante.

Todo lo absurdo de decir y hacer sería sensato.

No tendría sentido creer en la evolución del producto sin creer en el hombre como su creador.


La vida se habría escurrido por la estupidez de los sentimientos agendados,

Y aunque suplicarás a viva voz

hasta terminar con el aliento

Nunca más regresarías para aprender a vivir,

Deberías morir una secuencia de veces para comprender

Que el apocalipsis esta llegando…

y apenas

La vida se habría escurrido por tu estupidez de lo absurdo

Guardado en el memorándum.